Icono del sitio Ampachico

Cuídate tú para poder cuidar de ellos

Cuando se tiene un/a hijo/a que requiere toda vuestra atención como padres y madres, una de las cosas más importantes que debéis tener claras es la necesidad de cuidaros a vosotros/as mismos/as. A veces, las necesidades de los/as niños/as son tan importantes y requieren tanto tiempo por vuestra parte, que se os olvidan algunas cuestiones muy importantes para la supervivencia de una relación de pareja.

Por ello, me propongo daros algunos consejos para recordaros lo que es inmensamente necesario. En este sentido, lo primero que debéis tener claro es que una familia con un/a hijo/a TDA-H (o cualquier otro tipo de problema) necesita funcionar como un equipo. ¿Qué significa funcionar cómo un equipo? Tener un solo criterio y hacer las cosas desde el consenso. Para ello, algunas recomendaciones:

  1. Mucha comunicación: Es muy importante que le deis a las cosas la importancia que tienen. Si yo creo que algo tiene mucha importancia para mí, entonces no dejaré que se desarrolle de forma azarosa, sino que voy a informar de ello, tomando el control de la situación. Sencillo: “Cariño, es importante que hablemos tres minutos para que acordar qué vamos a hacer esta tarde/mañana/fin de semana o las tareas que tenemos que realizar, ¿estás de acuerdo?”. Entonces dedicáis unos pocos minutos a charlar sobre vuestro PLAN DE ACCIÓN que llevaréis a cabo como uno solo.
  2. Comprensión y empatía: Puede suceder que lo que para mí es importante, para ti no lo sea y viceversa. Un equipo formado por dos cabezas debe hacer el esfuerzo de “ponerse en los zapatos del otro”, de intentar entender por qué esto es importante para ti aunque no lo sea para mí. Sencillamente porque mañana es posible que yo necesite contarte algo que es importante para mí, pero no para ti, momento en el cual necesitaré también esa comprensión que yo te ofrecí ayer. Como bien sabes, esto se llama empatía, una herramienta más que necesaria en una relación de pareja.
  3. Compartid tareas en los momentos más necesarios: Habrá ocasiones en las que podáis ir más libres sin necesidad de planificar tanto las cosas, pero habrá momentos en los que eso no sea posible por tiempo u otras variables. Especialmente en estos momentos es cuando la pareja más necesidad tiene de funcionar como un equipo, a través de la comunicación de cara a repartir tareas. Dedicad cinco minutos a decidir qué va a hacer cada uno y cuánto tiempo queréis tardar en total. Recordad, vuestro equipo no está formado por los dos brazos y dos piernas de uno, y los otros dos brazos y piernas del otro miembro de la pareja. Vuestro equipo está formado por cuatro brazos, cuatro piernas, dos cuerpos y dos cabezas, sin más. Pues aprovechad ese potencial al máximo para que uno de los dos no se queme más que el otro.
  4. Cuídate primero tú para poder cuidar al otro: Es muy importante que yo esté bien para poder cuidar a quien tengo al lado. Si yo vivo estresado, tenso, etc., entonces el tiempo que le dedico a los demás es de poca calidad, desde la tensión, el nerviosismo y la falta de autocontrol. Yo quiero darte todo lo que puedo darte, pero si vivo estresado todo lo que puedo darte es estrés, aunque mi intención sea otra. Así es que dedica tiempo a decidir cómo organizarte el tiempo para que tanto tú como tu pareja viváis más tranquilos y las ventajas aparecerán pronto: Más tiempo para otras cosas, menos tensión individual y familiar, más tranquilidad entre vosotros y más cohesión como el equipo que queréis ser.
  5. Organiza tus días: Es muy importante que tengas claro lo que vas a hacer durante el día para no vivir tan estresado. Al principio cuesta un poco, pero con el tiempo la organización se convierte en rutina. Es muy importante respetar las horas de comidas y de sueño, porque ese tiempo responde al cuidado de las necesidades básicas. Si las necesidades básicas no están cubiertas, lo demás no funciona bien porque nuestros niveles hormonales estarán bajo mínimos. Verás, cuando éramos monos aprendimos que vivir bajo mínimos es equivalente a sufrir estrés y tensión, ambas cosas necesarias para cazar y poder alimentarnos. Eso se ha quedado enquistado en nuestro cerebro y, de forma inconsciente, si vivo bajo mínimos (en cuanto a alimentación, agua, desechos corporales, sueño, e incluso sexo) la consecuencia directa es tensión y estrés. Organizarte tu día a día es muy, muy, muy importante para ti y para quienes te rodean. 
  6. Exprésate: A muchas personas se les ha enseñado que llorar está mal, ¿me equivoco? Debes saber que el no expresar tus emociones es una de las raíces de la ansiedad. Por lo tanto, deja salir tu sensibilidad cuando así lo sientas porque de lo contrario el cuerpo encontrará otras maneras de sacar esa tensión, ¿adivinas cómo? Efectivamente, a través de la ansiedad. Permítete ser sensible, emocionarte cuando estés triste, cuando sientas que no estás siendo escuchado/a o cuando creas que estás muy cargado/a de responsabilidad. Exprésate como tu corazón te marque y si es a través del llanto porque estás triste, pues adelante, no hay nada malo en ello, sencillamente es la mejor forma de desahogarse. Recuerda que llorar no es de débiles, es de valientes, porque llorar te permite reponerte y seguir luchando incluso cuando te sientes solo/a. 
  7. Cuidaos el uno al otro: Cuando una pareja vive exclusivamente por y para los/as hijos/as, se pierden el objetivo por el cual se unieron: El amor. Fíjate que una persona se casa (o se une) con otra porque le ama y luego tiene hijos/as con esa persona porque quiere transformar ese amor en algo tangible (al menos, en una versión idílica de lo que debe ser una pareja). Los/as hijos/as son uno de los mayores legados que dejamos en el mundo cuando nos morimos. Pero los/as hijos/as NO SON EL OBJETIVO, los/as hijos/as nacieron POR EL OBJETIVO: El amor. Así es que para poder funcionar como equipo con tu pareja, necesitas conectar con ella más allá de la comunicación y de la actuación conjunta. Es muy importante que dediquéis tiempo a la pareja y me refiero a cosas tan sencillas como dejar a los niños con los/as abuelos/as de vez en cuando para poder dar un paseo juntos, planear una escapadita de fin de semana, ver una película… Lo que sea, pero juntos y solos, porque los equipos necesitan regenerar su energía. Cosas cotidianas y poco costosas que os haga conectar el uno con el otro. Desde este punto de vista, una pareja sería como un aparato electrónico con una batería que el día a día va consumiendo (niños, familia, trabajo, más niños…). Pasar tiempo juntos sería como conectaros a la corriente para recargar la batería. Además, cuando hay conexión la forma de actuar como equipo empieza a fluir casi sola.

Con todo, esto sólo es una pequeña guía de supervivencia, unos cuantos consejos mucho más fáciles de dar que de seguir. Y, sin embargo, tengo fe en que con esfuerzo y constancia se pueden llevar a cabo.

Porque para poder cuidar de tus hijos/as, primero has de cuidar de ti mismo/a y de tu pareja.


Alfonso García-Donas Sepúlveda
Psicólogo de Ampachico

Salir de la versión móvil