Icono del sitio Ampachico

El TDAH en el adulto

El TDAH en el adulto

El TDAH se ha considerado durante mucho tiempo un trastorno propio de la infancia y de la adolescencia, pero los síntomas y el impacto funcional del TDAH no siempre desaparecen al pasar a la edad adulta y el trastorno puede persistir en más del 50% de los casos.

Un estudio epidemiológico realizado a nivel internacional en la población general, señala que la prevalencia del TDAH en adultos es del 3,4%. Sin embargo, la realidad es que la mayoría de estos adultos con TDAH no están diagnosticados.

 

¿Qué es exactamente el TDAH? ¿Una enfermedad? ¿Un trastorno?

Es un trastorno del desarrollo, un problema que se presenta a edad temprana e interrumpe o retrasa el desarrollo normal de ciertas habilidades físicas, emocionales y sociales.

Muchas partes del cerebro funcionan perfectamente, pero hay una región más lenta en su maduración, que no funciona igual. Esta región lleva a cabo una función de suma importancia: la autorregulación, el autocontrol. Nos ayuda a dirigir y controlar nuestras emociones, conducta y atención. Y, así como algunos niños con TDAH recuperan este retraso del desarrollo, la investigación indica que la mayoría no lo consigue, algo en lo que los investigadores están trabajando para resolver.

Por eso los adultos con TDAH tienen tantas dificultades en cuestiones fundamentales como la falta de atención, la hiperactividad y la impulsividad; todas parecen provenir de problemas de autocontrol.

El TDAH no es algo nuevo, ha estado con nosotros a lo largo de la historia de la humanidad, pero conforme las demandas del entorno y el trabajo han aumentado, también lo han hecho los desafíos que plantea el TDAH.

En la Era Digital en la que nos encontramos, la salud y la misma supervivencia dependen, cada vez más, de la capacidad de regular nuestras respuestas a una vorágine de estímulos tecnológicos, pequeños detalles y otras cosas que llaman nuestra atención.

¿Cómo se presenta el TDAH en adultos?

El diagnóstico en adultos resulta complicado debido a la comorbilidad, es decir, la coexistencia con otras patologías psiquiátricas, ya que los síntomas del TDAH se pueden solapar con los de los otros trastornos como trastorno por abuso de sustancias, trastornos de ansiedad y del ánimo.El TDAH en adultos es diferente al TDAH en niños. En parte porque hay una notable reducción de la sintomatología hiperactiva respecto al déficit de atención .En el paso de la infancia a la edad adulta, disminuyen los síntomas de hiperactividad que se pueden manifestar en inquietud, mientras que los síntomas de inatención se suelen manifestar en dificultades a la hora de llevar a cabo tareas (cumplir plazos de entrega, centrarse en una tarea concreta…) que pueden afectar su funcionalidad en varios aspectos de la vida.

Síntomas del TDAH en adultos

tdah en adultos

Hiperactividad

La hiperactividad aunque menos presente en esta etapa de la vida, se puede transformar en:

  • Una actividad constante.
  • Horarios sobrecargados.
  • Elegir trabajos que les requiera una mayor ocupación.
  • Pueden convertirse en adictos al trabajo.

 

Déficit de atención

El déficit de atención, más marcado en esta etapa de la vida, se manifiesta en:

  • Problemas de atención y concentración.
  • Desorganización e incapacidad para organizar trabajos o tareas.
  • Dificultad para iniciar y finalizar proyectos.
  • Problemas de gestión del tiempo.
  • Facilidad para olvidarse de las cosas.

El déficit de atención se manifiesta principalmente en las actividades que requieren un mayor nivel de atención y concentración en el tiempo, y en general, les lleva a ser poco organizados e inconsistentes, por lo que pueden tener más problemas en el entorno laboral.

Impulsividad

En cuanto a la impulsividad en la edad adulta, se caracteriza frecuentemente de la forma siguiente:

  • Terminar las relaciones prematuramente.
  • Cambiar de trabajo constantemente.
  • Carecer de paciencia para distintas actividades.
  • Perder el control.
  • Conducir de forma temeraria (con un mayor porcentaje de accidentes).
  • Alto número de multas y probables retiradas de carné.
  • Consumo de tóxicos.
  • Los síntomas de impulsividad en la edad adulta tienen un fuerte impacto en la vida familiar, laboral y social.

Aunque los síntomas de falta de atención y de hiperactividad pueden mantenerse en muchos de los casos, también son numerosos los casos de jóvenes con TDAH que se adaptan bien a la edad adulta y no tienen problemas de salud mental.

 

Consejos para organizarse

Colocar en el pasillo unos colgadores etiquetados para colocar en cada uno de ellos las llaves evitará perder tiempo pensando dónde se dejaron las llaves.La organización es una herramienta muy útil para no olvidarse de las cosas, ahorrar tiempo y llevar una vida lo más ordenada posible.

  • Crear listados de las tareas o actividades pendientes siempre resultará de gran ayuda para realizar un seguimiento de tus cosas pendientes.
  • Un calendario donde poder anotar las citas, actividades sociales… puede ser muy útil si recuerdas rellenarlo.
  • Utilizar las notas adhesivas codificadas por colores, otorgando una categoría a cada color, como llamadas telefónicas, pagos pendientes, etc.

 

 Hablar sobre el TDAH

Para crear relaciones estrechas, necesitas compartir; sin embargo también tienes que poder confiar. Aunque sientas ganas de compartir tu historia personal con alguien, cerciórate de que puedes confiar en que esa persona te respete a ti y a la información que compartas con él. Contar o no contar que padeces TDAH es una decisión totalmente personal. Los consejos que ofrecemos a continuación simplemente pretenden orientar en lo referente a esta decisión, por lo tanto antes de hablar sobre su trastorno, evalúa estos puntos:

  • Cuando le cuentes a los demás que padeces TDAH, cuenta con que tienes que educarlos respecto a este trastorno, responder a sus preguntas y desmentir algunos prejuicios. Habla acerca de tu experiencia, sugiere fuentes de información como webs, libros o artículos, para que puedan recabar la información necesaria.
  • Si estás trabajando y decides comentarle a tu compañía o compañeros que padeces TDAH, infórmales de cómo pueden ayudarte a manejar los síntomas. Por ejemplo, mandarte un e-mail con un listado de tareas a realizar, evitar distracciones innecesarias… En el caso de que necesites más ayuda, habla con el departamento de recursos humanos de la compañía.

 

 

Consejos para el entorno laboral y social

Limitar las distracciones 

Los siguientes consejos pueden servirle de ayuda para organizar su trabajo, pero muchos son igualmente aplicables para tareas en casa o para planes en un entorno social.

  • Utilizar auriculares y música relajante para omitir los sonidos de la oficina.
  • Trabajar en un espacio ordenado donde las distracciones sean pocas.
  • Tener a mano todo lo necesario, para no distraerse al tener que encontrarlo.
  • Anotar las ideas en un cuaderno para no interrumpir la tarea que se esté realizando.
  • Realizar una sola actividad/tarea al tiempo.
  • No empezar una nueva actividad/tarea hasta que no se haya acabado la que se esté llevando a cabo.
  • Establecer rutinas de trabajo.
  • Anotar la tarea que se está realizando en un papel autoadhesivo cuando se interrumpa la tarea.

 

Gestión del tiempo

  • Dividir los proyectos grandes en pequeñas tareas y fijar el tiempo disponible para realizar cada una de ellas.
  • Auto-premiarse por conseguir alcanzar los objetivos de tiempo marcados.
  • Programar alarmas para avisarle del tiempo de finalización de cada tarea.
  • Programar avisos para recordar las reuniones a las que debe acudir.
  • Evitar establecer horarios sobrecargados al subestimar la duración de cada una de las tareas.
  • En los gestores de correo es muy útil organizar las bandejas de entrada de la forma siguiente para fijar prioridades en las tareas: urgente/ahora – importante/pronto  –no importante- ya realizado.

 

Habilidades sociales

El TDAH puede convertir los encuentros sociales en un reto para las personas que padecen este trastorno. El simple hecho de hablar con otras personas o mantener una conversación puede ser un problema. Los consejos que presentamos a continuación pretenden ayudar a los adultos que padecen este trastorno:

  • Antes de hablar o actuar, recapacita durante 10 segundos para cerciorarte de si es o no una buena idea. Ten siempre a mano respuestas como “lo pensaré y luego te contesto..”, “déjame pensarlo..”, “en un rato te respondo..”antes de contestar impulsivamente lo primero que se te ocurra.
  • Practica la “escucha activa”, prestando mucha atención a lo que los demás están comentando antes de unirte a la conversación.
  • Pídele a tus amigos, familiares, profesores o terapeuta, que te ayuden a practicar tus habilidades de comunicación, incluyendo la práctica de cómo realizar preguntas correctamente.

Referencias:

Salir de la versión móvil