Si recordamos la sintomatología del niño y adolescente con TDA-H descrita en el apartado “¿Qué es el TDA-H?”, encontramos las siguientes características:
Desatención.
- A menudo no presta atención suficiente a los detalles o incurre en errores por descuido en las tareas escolares, en el trabajo o en otras actividades.
- A menudo tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades lúdicas.
- A menudo parece no escuchar cuando se le habla directamente.
- A menudo no sigue instrucciones y no finaliza tareas escolares, encargos u obligaciones en el centro de trabajo (no se debe a comportamiento negativista o a incapacidad para comprender instrucciones).
- A menudo tiene dificultades para organizar tareas y actividades.
- A menudo evita, le disgusta o es renuente en cuanto a dedicarse a tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido (como trabajos escolares o domésticos).
- A menudo extravía objetos necesarios para tareas o actividades (p.ej., juguetes, ejercicios escolares, lápices, libros o herramientas).
- A menudo se distrae fácilmente por estímulos irrelevantes.
- A menudo es descuidado en las actividades diarias.
Hiperactividad.
- A menudo mueve en exceso manos o pies, o se remueve en su asiento.
- A menudo abandona su asiento en la clase o en otras situaciones en que se espera permanezca sentado.
- A menudo corre o salta excesivamente en situaciones en que es inapropiado hacerlo (en adolescentes o adultos puede limitarse a sentimientos subjetivos de inquietud).
- A menudo tiene dificultades para jugar o dedicarse tranquilamente a actividades de ocio.
- A menudo “está en marcha” o suele actuar como si tuviera un motor.
- A menudo habla en exceso.
Impulsividad
- A menudo precipita respuesta antes de haber sido completadas las preguntas.
- A menudo tiene dificultades para guardar turno.
- A menudo interrumpe o se inmiscuye en las actividades de otros (p.ej., se entromete en conversaciones o juegos).
Ejemplo: Juan está hablando con Pedro, contándole un problema que le tiene muy preocupado. Mientras, Pedro está mirando alrededor, se despista con un perro que le gusta y recuerda que no le ha contado a Juan que sus padres le han regalado un perro. Interrumpe a Juan y Juan se enfada, porque Pedro no le ha escuchado mientras le contaba el problema que tenía.
Los niños con TDAH a menudo tienen problemas para relacionarse con los demás y pueden ser rechazados por sus compañeros, profesores e incluso familiares. Esto es debido a su comportamiento inmaduro, a su impulsividad, a su dificultad para ponerse en el lugar del otro, a su incapacidad para entender las normas sociales y a su escasa capacidad reflexiva que les impide ser conscientes de las consecuencias de sus actos.
En este ejemplo, Pedro tiene TDA-H, podemos imaginarnos las dificultades de habilidades sociales que tienen estos niños y adolescentes a causa de su sintomatología.
No es de extrañar que con estas dificultades, a los niños y adolescentes con TDA-H tengan conflictos con sus iguales, puesto que no llegan a comprender las señales o indicadores de las interacciones sociales y, asimismo, las reglas sociales que se deben tener en cuenta en las interacciones con los demás.
¿QUÉ SON LAS HABILIDADES SOCIALES?
Las habilidades sociales son un conjunto de hábitos o estilos (que incluyen comportamientos, pensamientos y emociones), que nos permiten mejorar nuestras relaciones interpersonales, sentirnos bien, obtener lo que queremos y conseguir que los demás no nos impidan lograr nuestros objetivos.
También podemos definirlas como la capacidad de relacionarnos con los demás en forma tal que consigamos un máximo de beneficios y un mínimo de consecuencias negativas, tanto a corto, como a largo plazo. El concepto de habilidades sociales incluye temas afines como la asertividad, la autoestima y la inteligencia emocional. Destaca la importancia de los factores cognitivos (creencias, valores, formas de percibir y evaluar la realidad) y su importante influencia en la comunicación y las relaciones interpersonales.
TIPOS DE HABILILIDADES SOCIALES
GRUPO I: Primeras habilidades sociales |
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GRUPO II: Habilidades sociales avanzadas |
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GRUPO III: Habilidades relacionadas con los sentimientos |
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GRUPO IV: Habilidades alternativas a la agresión |
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GRUPO V. Habilidades: para hacer frente al estrés |
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GRUPO VI: Habilidades de planificación |
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¿CÓMO SE ADQUIEREN LAS HABILIDADES SOCIALES?
Las competencias sociales se aprenden y desarrollan a lo largo del proceso de socialización, como resultado de la interacción con otras personas. Este desarrollo se produce fundamentalmente en la infancia, los primeros años de vida son fundamentales para el aprendizaje de estas habilidades.
Se aprenden y desarrollan a través de los siguientes procesos:
- Experiencia directa. Los niños y niñas están rodeados de personas y desde una edad muy temprana comienzan a ensayar las conductas sociales. Se producen determinadas experiencias que los pequeños van interpretando e incorporan esas interpretaciones a su forma de pensar y actuar.
- Imitación. Los pequeños aprenden por lo que ven de las personas que son importantes para ellos. Imitaran aquellas conductas sociales que observan en los adultos más cercanos, pero no solo las conductas, también aprenderán de estos la manera de interpretar las situaciones y hasta de sentirse en determinados momentos.
- Refuerzos. Los refuerzos sociales que tengan sus conductas, ya sea de los adultos y/o iguales van a hacer que los niños y niñas desarrollen unas determinadas conductas u otras.
¿CÓMO AYUDAR A LOS NIÑOS CON TDAH EN SUS RELACIONES SOCIALES?
Es importante que le ayudemos a reflexionar y a analizar las situaciones, entrenándole en la técnica de resolución de problemas, ofrecerle alternativas adecuadas a sus conductas inadecuadas, mediar en la medida de lo posible ante sus conflictos, actuar como modelo en la resolución de problemas, integrarlo en dinámicas grupales o debates sobre situaciones conflictivas y resolución de problemas interpersonales.
También debemos evitar etiquetarle negativamente, permitirle explicarse cuando esté involucrado en un accidente o altercado con otra persona, perdonarle sus errores y buscar sus puntos fuertes y destacarlos potenciando ese rol dentro del grupo.
- Los padres y familiares son un ejemplo muy importante de comportamiento para el niño. Si se comportan correctamente, controlando su temperamento, escuchando con tranquilidad, pidiendo las cosas “por favor”, si le hablan con amabilidad y cariño le están enseñando un modelo positivo de relación con los demás.
- Observar su forma de comportase con otros niños y explicarle con calma lo que hace bien (“refuerzo positivo”) y dónde están sus fallos, para poder mejorarlos. Si ha agredido o pegado a otro niño, primero hay que interesarse por el estado del niño agredido, luego hacer que se disculpe y finalmente explicarle que lo que ha hecho no es correcto.
- Reforzar y reconocer sus esfuerzos y las cosas que hacen bien, no centrarnos siempre en los aspectos negativos.
- Hay que enseñarle a hacer y aceptar cumplidos (“muy bien hecho cariño”, “da las gracias”…) y a pedir las cosas de forma adecuada (“¿me lo dejas, por favor?”).
- Mantener una buena comunicación con el niño, ganarse su confianza para que nos cuente cómo se siente, qué problemas tiene y cómo podemos ayudarle.
- No se le debe reñir, criticar ni ridiculizar ante sus amigos y compañeros cuando haga algo inadecuado; hay que mantener la calma y hablar después a solas.
SUGERENCIAS DE ACTIVIDADES SOCIALES PARA EL NIÑO CON TDAH
El aislamiento del niño no es bueno, al igual que no es bueno que salga únicamente con su familia. Debemos animarle a que vaya a casa de sus amigos, que queden juntos, que tenga contacto con niños de su edad.
- Participar en actividades sociales estructuradas puede ayudarle a entrar en un grupo social ya formado, aprender sus normas, asumir responsabilidades y compartir experiencias positivas. Por ejemplo, apuntarse a un grupo de scouts, teatro, baile o deportes de equipo (fútbol, baloncesto, balonmano, voleibol…). También son adecuados los deportes individuales si el niño los prefiere (natación, kárate, judo, tenis…) porque mejoran su motricidad y les ayuda a conocer a otros niños. Para mejorar la capacidad de concentración son muy recomendables el ajedrez, los talleres literarios o de pintura, o aprender a tocar un instrumento musical.
- Cuando vaya a asistir a una fiesta, un cumpleaños o una celebración, donde haya mucha gente desconocida, ruido y excitación es fácil que el niño se estrese y se descontrole. Hay que anticiparse y explicarle a dónde va, qué va a hacer y buscar alternativas si surgen situaciones conflictivas.
TÉCNICAS Y TRUCOS PARA MEJORAR LAS HABILIDADES SOCIALES
Técnica del disco rayado: Consiste en repetir de forma consistente la idea principal de aquello que queramos expresar, o las frases de nuestras solicitudes, es decir, repetir una y otra vez la misma frase, independientemente de lo que diga el otro. Podemos utilizar esta técnica cuando alguien nos esté presionando para hacer algo que no queremos, de forma que siendo repetitivos la otra persona deje de insistir.
Realizar preguntas: Las preguntas nos sirven para ayudar al otro a darse cuenta de una reacción impulsiva.
-¿Estás molesto por algo?
Desarmar la ira: Ignorar el contenido del mensaje airado (insultos, críticas…) y concentrar la atención y conversación en el hecho de que la persona está enfadada. Por ejemplo, podemos cambiar el centro de la conversación del contenido a algún proceso observado en la otra persona, como una emoción o conducta que está mostrando.
Técnica del sándwich: Una de las técnicas más efectivas para mejorar las habilidades sociales consiste en comenzar por un aspecto positivo, a continuación un aspecto que se podría mejorar, y finalmente acabar con unas palabras de ánimo y confianza.
Sé que te estás esforzando en cambiar tu actitud frente a… Y se nota porque has mejorado. Creo que podrías mejorar si (aspecto a mejorar). Seguro que lo conseguirás pronto.
Repetir lo que siente la otra persona: Se repite lo que dice la otra persona, para darle el mensaje de que lo hemos entendido, pero sin mostrar acuerdo alguno en lo que se dice.
“Ya sé que para ti es muy importante que te preste mi juego, pero…”
Mostrar afecto: Dar afecto, es algo fundamental para mantener una relación sana. A veces hay que hacer algo más que solo expresarlo con palabras, como un abrazo, un beso, una caricia o incluso, una sonrisa. Los sentimientos también pueden mejorar las habilidades sociales.
Ofrecer cumplidos: Al igual que a nosotros nos gusta recibir halagos, también hay que saberlos dar.
Mensajes del “yo”: Los mensajes del yo se utilizan para dar nuestra opinión o expresar nuestras creencias al otro, en vez de usar generalizaciones, ya que lo que para mí es de una determinada manera, no tiene que ser igual para el otro.
“Yo pienso que ….”, “ Yo creo que …”, “ En mi opinión…”
Mantener conversaciones: Es mantener el equilibro entre escuchar y hablar, haciendo que nuestra participación sea agradable. Algunas conductas útiles son: mirar a la otra persona, respetar el turno de palabra, dar señales de que escuchas a la otra persona (asintiendo con la cabeza por ejemplo), hablar de algo relacionado con lo que la otra persona dice, o avisar si cambiamos de tema, etc.
Referencias
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