El TDAH es un término usado para describir una serie de síntomas, como hiperactividad, falta de atención, y / o impulsividad, que comienza en la infancia y puede persistir en la edad adulta. Los niños con TDAH suelen tener problemas para permanecer sentados, mantener la concentración y controlar su comportamiento y de las emociones. Estas dificultades pueden resultar en un déficit de habilidades sociales, aislamiento, dependencia y malos resultados en la escuela, por ello los niños con TDAH a menudo requieren especial atención por parte de los padres, los maestros, los sistemas escolares, la asistencia sanitaria y los profesionales de salud mental para conseguir sus metas.

El TDAH está vinculado con una variedad de problemas de sueño. Un estudio de la Universidad de Montreal ha probado los efectos de aumentar o disminuir 1 hora de sueño durante 5 noches consecutivas en el funcionamiento del día a día de los niños en el entorno escolar, según lo informado por los maestros que desconocían que los niños estaban participando en dicho estudio. En este estudio se concluye que los niños con TDAH son sensibles al aumento y a la disminución del sueño. Los datos clínicos y observacionales apoyan que la falta de sueño contribuye a un aumento de la irritabilidad y la frustración, que se asocia con dificultad en la modulación de impulsos y emociones. Los niños que duermen una hora más presentan una disminución de la somnolencia diurna, mejoran su estado de alerta y el funcionamiento conductual, mientras que los niños que han experimentado una disminución del sueño han aumentado la somnolencia durante el día y su comportamiento interfiere el buen funcionamiento de la escuela.

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Dicha investigación pone de manifiesto que la impulsividad se ve significativamente afectada por el aumento y la disminución del sueño.

Grupo extensión de sueño Grupo restricción de sueño
CGI-T T-puntuación Línea de base Después de la manipulación del sueño Línea de base Después de la manipulación del sueño
Subescala labilidad emocional 50.33 (8.29) 47.33 (4.65) 47.93 (6.23) 51.5 (7.85)
Subescala comportamiento inquieto-impulsivo 49.94 (9.32) 47.05 (5.94) 51.94 (9.64) 55.06 (10.52)
Puntuación total 49.89 (8.15) 46.67 (5.36) 50.44 (8.83) 54.19 (9.93)

Gracias a los datos anteriores queda patente que para los niños con TDAH, la falta de sueño afecta profundamente los síntomas del TDAH y en muchos casos el tratamiento de los problemas del sueño disminuye considerablemente los problemas de atención e hiperactividad.

Los niños y los adultos se comportan de manera diferente como resultado de somnolencia. Los adultos por lo general se hacen lentos cuando están cansados, mientras que los niños tienden a acelerarse para compensar la somnolencia. Por esta razón, la privación del sueño a veces se confunde con el TDAH en los niños. Los niños también pueden estar de mal humor, emocionalmente explosivos, y / o agresivos como consecuencia de la falta de sueño. En un estudio realizado a 2.463 niños de edades comprendidas entre 6 y 15 años, los niños con problemas de sueño eran más propensos a ser desatentos, hiperactivos, impulsivos, y mostrar conductas de oposición.

Todos los seres vivos necesitan dormir. Es la principal actividad del cerebro durante el desarrollo temprano. Los ciclos de sueño-vigilia, están regulados por la luz y la oscuridad, y estos ritmos tardan en desarrollarse, eso explica los horarios de sueño irregulares de los recién nacidos. Los ritmos comenzarán a desarrollarse a las seis semanas, y entre los tres y los seis meses la mayoría de los bebés tienen un ciclo de sueño-vigilia regular.

El sueño es esencial para apoyar el estado de alerta y otros dominios funcionales clave para el éxito académico, dicho éxito juega un papel importante en la mejora de las oportunidades futuras de toda su vida.

Por ello es importante identificar los factores modificables que pueden mejorar el éxito de los niños con TDAH en la escuela y su bienestar. Muchos de los factores relacionados con el éxito en la escuela de estos niños han sido ya identificados, pero el papel del sueño ha sido ignorado en gran medida. Si la relación entre la duración del sueño y el rendimiento académico se entiende mejor, los educadores y los padres serían capaces de optimizar el rendimiento académico del niño mediante la identificación de estrategias de maximización de los beneficios del sueño.

Los niños de seis a trece años necesitan entre 9 y 11 horas de sueño. El resto del tiempo lo distribuyen entre la escuela, las cada vez más exigentes tareas escolares, los deportes y otras actividades extracurriculares y sociales. Además, los niños en edad escolar tienen otros intereses como la televisión, las nuevas tecnologías: consolas, móviles, internet, etc., todo lo cual puede conducir a problemas para conciliar el sueño, pesadillas e interrupciones del sueño. En particular, ver la televisión antes de acostarse se ha asociado con la resistencia a la hora de dormir, dificultad para dormir, ansiedad en torno al sueño y dormir menos horas.

CONSEJOS PARA UNOS BUENOS HÁBITOS DE SUEÑO:

Si persistan los problemas de sueño, no dude en consultar a un especialista.


Referencias

National Sleep Foundation

pediatrics