En primer lugar debemos darle al niño y adolescente con TDAH, una explicación coherente y madura acerca de las reacciones inoportunas ante las complicaciones de la vida. Seguidamente, podemos establecer dos o tres normas claras y firmes que siempre se deberán cumplir o NO SE RECIBIRÁ ATENCIÓN NINGUNA. Es muy importante que esto se cumpla al dedillo y no se ceda ante los posibles chantajes emocionales del niño.
Por ejemplo, a continuación presentamos una lista de posibles conductas adecuadas e inadecuadas que podemos utilizar.
CONDUCTAS ADECUADAS |
CONDUCTAS INADECUADAS |
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Es VITAL que la familia sea consecuente con lo que se ha estipulado antes:
- Por las conductas adecuadas recibirá atención y se atenderá a sus necesidades, porque son tan importantes como las de cualquier persona.
Por las conductas inadecuadas se retirará la atención inmediatamente, el chico se irá a su habitación y nunca se volverá a tratar el asunto. Es importantísimo y fundamental que el padre y la madre se mantengan inamovibles en esta cuestión. De otra manera el chico podría confundir los límites de las reglas y las desafiaría constantemente.
Explicar que comprenden lo difícil que será para el chico cambiar todo esto después de tantos años, pero que están dispuestos a ayudarle en todo lo que necesite.
PASEANDO POR LOS LÍMITE DE LAS NORMAS
A medida que los niños se hacen mayores se vuelven más hábiles para retar a los padres. Por lo general, dos son las conductas habituales: Por un lado, “decir que el castigo impuesto no les importa” y por otro “retar a la autoridad cumpliendo las normas justo hasta el límite del castigo, pero sin rebasarlo”.
- Cuando hacen que el castigo no les importa, esto les aporta: Por un lado, la ventaja de que quizás desoriente a los padres y éstos decidan cambiar el castigo y por otro, defiende su orgullo herido ante la autoridad paterna: “¡Ja, no creas que me has vencido, me has castigado sin ordenador, pero yo paso!”.
- Cuando reaccionan paseándose por el límite de la conducta: Es decir, cumpliendo los mandatos, pero insinuando que van a transgredir las normas. Lo hacen con el deseo de llamar la atención, ya que es la mejor forma de que “papá y mamá estén pendientes de si traspaso la línea. Ellos me atienden y yo controlo el juego. Yo controlo la situación porque yo decido traspasar el límite o no. Si tengo la suerte de que papá o mamá se desesperen con tanta tomadura de pelo y me castiguen antes de que yo quebrante la norma tendré derecho a protestar por esta gran injusticia y les dejaré desarmados. ¡Yo gano!”.
El objetivo es no caer en este tipo de provocaciones por parte del niño, ya que de otra manera estaríamos incurriendo en lo que denominamos como condicionamiento intermitente, que a grandes rasgos es “ahora mantengo la norma, ahora no la mantengo”. Esto es muy desconcertante para el niño y provoca que no tenga claro cuáles son las situaciones en las que puede rebasar a la autoridad y cuáles no. Ante dicha incertidumbre, el chico se mostrará desafiante ante muchas situaciones intentando probar suerte “por si esta fuera una de esas ocasiones en las que al final mis padres se bajan del burro y me salgo con la mía”.
Es por esto que es muy importante, sobre todo al principio, ser muy coherentes con las normas que establezcamos con el niño. No podemos perder de vista que:
- El niño SIEMPRE buscará la atención de sus progenitores SEA DE LA MANERA QUE SEA.
- Que la solución más inmediata es la extinción de respuesta, esto es, retirar la atención cuando se transgrede una norma.
Y que HAY QUE MANTENERSE FIRME en las consecuencias negativas de su conducta inadecuada aún cuando el niño corrige su comportamiento después de haber hecho algo que no podía hacer (ver tabla superior de ctas. Adecuadas / ctas. Inadecuadas).
Referencias: