
Cuando te dicen que tu hijo/a tiene TDAH es normal buscar una explicación, que puede ser alguna de las siguientes:
- “Claro, no le hago el suficiente caso…”
- “Soy muy permisiva/o…”
- “Soy muy repetitivo/a”
- “De pequeño no le cuidé bien”
- “No tengo autoridad…”
- “Dios me está castigando… con todos los problemas que tengo yo ya…”
Buscar una explicación es una forma de entender por qué nuestro hijo/ es así, porque es más impulsivo, más despistado y/o más hiperactivo. Sin embargo, olvidamos que no todo lo que sucede tiene una respuesta, no existe un guion de nuestro futuro, al igual que tampoco podemos saber qué sucederá dentro de 1 año.

Imaginemos que nuestro hijo/a queda con sus amigos para jugar al fútbol y cuando regresa se ha caído y tiene una herida en la rodilla. No pensaríamos que es culpa nuestra por haberlo dejado salir, sino que entenderíamos que hay cosas que pasan y que se escapan de nuestro control. Veamos esta situación como un ejemplo de que no hay que buscar razones para cada situación que ocurra en nuestra vida.
Nadie de la familia es culpable de que nuestro hijo/a tenga TDA-H, puesto que no es un castigo, sino una serie de dificultades que se pueden trabajar y mejorar. Y tampoco podemos olvidar que nuestro niño/a no es SOLO TDA-H, sino que tiene muchas cualidades positivas que no DEBEMOS OLVIDAR.
Por eso, en lugar de seguir pensando por qué nuestro hijo/a es así, por qué tantos problemas, tantas discusiones, tantos malos ratos… debemos pensar que tiene cualidades positivas, que no es solo un niño/a con TDA-H, sino que es muchas cosas más (niño/a, jugador de fútbol, creativo/a, cariñoso/a, etc.) y debemos darle cariño y seguridad para que sea capaz de ver todo eso también.
Tamara García Lázaro
Psicóloga de Ampachico