Si el niño es diagnosticado de TDAH, se está evaluando, o incluso si usted está investigando sobre el trastorno, también puede escuchar que su hijo/a podría tener problemas con las funciones ejecutivas, ya que un porcentaje importante de niños con TDAH tienen afectadas sus funciones ejecutivas.
Las funciones ejecutivas son un conjunto de habilidades mentales que son coordinadas por el lóbulo frontal del cerebro. Las funciones ejecutivas se encargan de ayudarnos a conseguir nuestros objetivos y son las que controlan el procesamiento general del cerebro, tanto de la organización como de la regulación.
La función ejecutiva incluye la habilidad para:
- Planificar.
- Organizar.
- Gestionar el tiempo y la atención.
- Establecer prioridades.
- Recordar detalles.
- Detener un comentario o comportamiento inadecuado.
- Incorporar experiencias pasadas a la acción actual.
- Controlar las emociones y la impulsividad.
- Usar la memoria de trabajo.
- Realizar un auto-seguimiento de cómo está haciendo una acción.
Los niños con TDAH con las funciones ejecutivas dañadas, no tienen un comportamiento eficiente. De forma que presentan dificultades a nivel social y a nivel interior, a continuación explicamos algunas de las dificultades en estos dos ámbitos:
Problemas a nivel social
- Ser desorganizado.
- Perder cosas todo el tiempo.
- La mala gestión del tiempo.
- Incapacidad para completar una tarea.
- Incapacidad para hacer un plan (y seguirlo).
- Le cuesta ser independientes.
- Suelen plantear problemas para mantener relaciones sociales adecuadas.
Problemas a nivel interior
- Dificultad para decidir lo que es importante / poco importante al leer o escuchar.
- Los problemas de absorción / retención de lo que se enseña en la escuela.
- Problemas para entender y seguir instrucciones verbales.
- Problemas de organización de los pensamientos.
- Problemas para escribir de forma clara y organizada.
Cuando los niños tienen problemas con el funcionamiento ejecutivo, cualquier tarea que requiera planificación, organización, memoria, gestión de tiempo o pensamiento flexible se convierte en un gran reto para ellos.
La función ejecutiva puede ser dividida en dos categorías: La organización y la regulación. La organización comprende la recopilación y estructuración de la información para su evaluación. Y la regulación incluye observar lo que ocurre en el medio ambiente y adaptar su comportamiento en respuesta a él.
Por ejemplo, un padre le dice a su hijo que el fin de semana van a ir a las tirolinas. El lunes anterior, el padre está muy enfadado por algo que ha hecho su hijo, y en medio del enfado, al niño le viene a la cabeza la idea de las tirolinas y sin más le dice al padre ¿Cuándo vamos a la tirolinas?… Un niño que no tenga afectadas las funciones ejecutivas, dispone de un dialogo interior que ante la idea de las tirolianas, su Pepito Grillo, le va a advertir que no es el momento, que papa está enfadado, que si se lo dices ahora te va a castigar… a los niños con TDAH, estas señales y este diálogo interno que hacen que modifiquen sus impulsos o no les llegan o les llegan tarde.
Los problemas en las funciones ejecutivas no son discapacidades, son debilidades de una relación de capacidades mentales. Por tanto el primer paso, es detectar cuales son estas capacidades en las que el niño necesita refuerzo, y mediante tareas cotidianas que requieran de estas habilidades se pueden ir fortaleciendo.
¿Qué procesos siguen las funciones ejecutivas?
El proceso que siguen las funciones ejecutivas se pueden resumir en los siguientes pasos:
- Analizar una tarea.
- Comprender qué necesitas para hacerlo.
- Planear cómo vas a realizar la tarea.
- Dividir la tarea en pasos.
- Calcular el tiempo que vas a necesitar.
- Hacer ajustes si son necesarios.
Las funciones ejecutivas elaboran esos pasos en segundos en condiciones normales, pero si están afectadas la tarea más sencilla puede convertirse en un gran desafío.
¿Qué habilidades se ven afectadas por el mal funcionamiento de las funciones ejecutivas?
Hay varias habilidades importantes involucradas en la función ejecutiva. Sin embargo, debemos tener en cuenta que cada niño puede lidiar con cada una de ellas en diferente grado. Las habilidades ejecutivas incluyen:
- Control de impulsos. No tener control de impulsos hace que no sepan cuando deben parar. Esto es la habilidad que permite pensar en las consecuencias antes de actuar o dejar de hacer una actividad. La impulsividad puede ser un síntoma de TDAH.
- Control emocional. Esta es la habilidad para gestionar emociones centrándose en el resultado final u objetivo. El control emocional y el control de los impulsos están muy relacionados. Los niños que tienen problemas con el control emocional a menudo tienen problemas para aceptar el que se les recuerde que algo no les ha salido bien, pueden sobreactuar ante las injusticias pequeñas o manifestar problemas para acabar una tarea cuando algo les molesta.
- Flexibilidad. Es la habilidad de afrontar los baches del camino y buscar nuevas salidas cuando un plan falla. Los niños inflexibles piensan de forma muy concreta, no ven otras opciones o soluciones, encuentran difícil cambiar el curso del plan o también pueden entrar en pánico o frustración cuando se les pide que modifiquen la tarea.
- Memoria de trabajo. Es la habilidad para mantener la información en su cabeza y utilizarla para completar una tarea. Los niños que tienen una memoria de trabajo débil manifiestan problemas para realizar tareas múltiples; en problemas con enunciados largos olvidan parte de los datos a la hora de resolverlos, o bien contestan a la primera parte del problema y dejan las demás cuestiones sin contestar, pasan mucho tiempo aprendiendo direcciones, tomando notas o comprendiendo algo que les han explicado. Los niños que con frecuencia oímos decir «se me ha olvidado lo que iba a decir», suelen ser niños con problemas en la memoria de trabajo.
- Auto-seguimiento. Esto es la habilidad para mantener el seguimiento de tareas regulares y la evaluación de su actuación. Ellos no pueden decir si sus estrategias están funcionando, tampoco encuentran otras opciones para afrontar la actuación.
- Planificar y priorizar. Para ellos es muy difícil planificar y priorizar los pasos de una tarea. Esta es la habilidad de descubrir los pasos necesarios para alcanzar un objetivo y decidir su orden de importancia. Los niños con debilidad en las capacidades de planear y priorizar no pueden saber cómo comenzar a planear un proyecto. Fácilmente se pueden encontrar abrumados intentando descomponer las tareas en pequeños pasos o tener problemas para ver la idea principal.
- Tarea inicial. Se refiere a la capacidad para empezar algo. Los niños con problemas en esta área a menudo tienen dificultades también en la planificación y en la priorización. Sin tener un plan para una tarea, es difícil saber cómo empezar. Los niños con problemas en la tarea inicial pueden parecer perezosos, pero a menudo se sienten abrumados por lo que optan por quedarse quietos sin saber qué hacer.
- Organización. Es hacer un seguimiento de la información y de las cosas de que se dispone para realizar la acción. Los niños con problemas en esta capacidad pierden o colocan mal las cosas. No pueden encontrar una forma de organizarlas a pesar de que esto les acarrea consecuencias negativas
¿Puede ayudar la medicación para el TDA-H a las funciones ejecutivas?
Usted podría preguntarse: Si su hijo ha sido diagnosticado con TDAH y también tiene problemas de funcionamiento ejecutivo, ¿la medicación para tratar el TDAH puede resolver los problemas de funcionamiento ejecutivo? La respuesta es sí y no.
La investigación demuestra claramente que el uso de medicamentos para el TDAH disminuye los síntomas de falta de atención e impulsividad, pero la experiencia clínica también muestra que muchos niños con TDAH, aunque estén siendo medicados, necesitan ayuda para manejar sus problemas de funcionamiento ejecutivo. De forma que la medicación ayuda a reducir la sintomatología, pero no sustituye una correcta intervención psicológica.
¿Qué se puede hacer en casa para ayudarles?
Hay estrategias que se pueden llevar a cabo en casa para ayudarlos, pueden enseñarle a trabajar sobre estas debilidades. Los niños con una dificultad de débil a moderada son capaces de compensar estas debilidades lo suficientemente bien como para aprender y completar sus tareas diarias.
Puede que no sea fácil de resolver si las dificultades del niño están relacionadas con otro trastorno. No obstante, los padres pueden ser capaces de ayudar a su hijo a pesar de haber sido diagnosticado con otro trastorno. El objetivo es identificar las áreas concretas en las que tienen dificultad y encontrar las estrategias adecuadas que lo puedan ayudar.
Cualquier actividad del niño tiene que seguir los siguientes pasos:
A continuación se detallan una serie de elementos que ayudaran a que el niño implante las rutinas y fortalezca las habilidades en las que necesita trabajar:
- Hacer listas de verificación. Enumerar los pasos a seguir para hacer una tarea hará más fácil que el niño sepa cómo empezar. Esto ayudará a disminuir su ansiedad ante la planificación de una tarea. Las listas de control proporcionan un recordatorio visual.
- Límites de tiempo. El niño puede tener problemas con el tiempo estimado para una actividad, como para cada paso de la misma. En las listas de verificación, considera dar un tiempo estimado para cada paso, y usar temporizadores para controlar los tiempos.
- Usar planificadores y calendarios. Un calendario semanal para que anote cuando realiza sus tareas cotidianas.
No todos los planificadores tienen que ser de papel, Para los niños más mayores hay aplicaciones gratuitas y software que manejan el tiempo, para ayudarles.
- Explica las razones. Los niños que tienen pensamientos inflexibles o que tienen problemas con el control de las emociones no siempre se toman bien los comentarios o ven cómo hacer de otra forma las cosas. Intenta explicar por qué es importante aprender una nueva habilidad, o cómo puede ahorrar tiempo y energía a largo plazo. Y si la respuesta es simplemente, “Porque esa es la forma en que se tiene que hacer”, dígaselo sin miedo.
- Permita que el niño se exprese también. Solo porque los niños tengan problemas en las funciones ejecutivas no significa que su forma de hacer las cosas no sea válida. Si el método del niño no tiene sentido para ti, pregúntele por qué lo hace de esa forma, antes de decir que lo haga de otra manera. Puede haber una alternativa que funciona para él. Las estrategias más exitosas provienen de sí mismos.
Las buenas noticias son que con ayuda adicional y enfoque en estas áreas, los niños con TDAH pueden lograr mucho y mostrar al mundo de lo que son capaces.
Referencias:
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