Aún entendiendo que los síntomas de TDAH que presenta la pareja o el hijo no son el resultado de la pereza o el desafío, a veces es muy difícil la convivencia con ellos, es necesario reemplazar las críticas por otras estrategias que ayuden a encauzar mejor las relaciones con ellos.
A veces se postula que la persona con TDAH tiene un problema de comportamiento, unos hábitos de conducta que fácilmente podría cambiar, o deliberadamente está haciendo mal estilo de vida.
Tal vez incluso se afirma que fácilmente podría cambiar si quisiera , y que , de alguna manera, merece lo que le está pasando puesto que «eligió» comportarse impulsívamente, emocionalmente y distraídamente. Tal vez incluso se le critica por decidir ser «así» , interpretando que sus acciones están guiadas por la irresponsabilidad y la mala conducta intencional.
Ahora sabemos que ninguna de estas interpretaciones es verdadera. Ese cambio de perspectiva, generalmente, trae consigo una comprensión más profunda de lo que puede ir mal con la persona con TDAH con la que se convive, y nos lleva a tener más comprensión y una mayor disposición para asistirla en el manejo de esta discapacidad crónica.
Estas serían algunas de las estrategias y modos de actuación que podrían ser útiles en la relación con una persona con la que se convive, que tiene TDAH:
1. Aceptar y ser un buen oyente.
En varios estudios de seguimiento de los niños con TDAH en la edad adulta, los investigadores descubrieron que detrás de los adultos con TDAH que se sentían bien con su forma de actuar, siempre había alguien que los aceptó como eran, nunca los abandonó en tiempos de apuro y los escuchó cuando necesitaron hablar de sus problemas. Esa fue la persona en la que siempre confiaron por estar allí para ellos, incluso aunque sólo fuese para escucharlos y relacionarse con ellos sin prejuicios.
Actuar sin prejuicios no quiere decir negar o poner excusas sobre el inadecuado comportamiento o sus consecuencias. Se puede ser un buen oyente y receptor reconociendo abiertamente los hechos de una situación, se puede ser constructivamente crítico sin juzgar moralmente.
2. Ser miembros de un equipo de apoyo.
Los adultos con TDAH no sólo necesitan profesionales para diagnosticar, tratar y apoyar a través de las dificultades que experimentan al tratar de cambiar ellos mismos y sus vidas para mejor. También necesitan personas que comprendan que están luchando para hacer frente a una discapacidad del desarrollo neurológico y que muestren cierta comprensión por sus luchas. Es importante entender que debe manifestarse comprensión incluso si sus intentos de cambiar no son siempre acertados; es necesario animarle y asistirle activamente durante todo el proceso de cambio, todo esto puede ayudarle con los cambios que esté tratando de hacer.
3. Enseñar a defender y explicar
A veces la persona con la que convive puede necesitar ayuda para explicar su trastorno a los demás , dentro y fuera de su familia o para defenderse de las opiniones ignorantes o insensibles que recibe. También podría necesitar ayuda para animar a otros a aceptar y a a cambiar sus mentes, entendiendo la naturaleza del trastorno, corrigiendo malentendidos e incluso sugiriendo recursos para conocer más sobre el TDAH adulto.
La tarea aquí es clarificar la verdadera naturaleza de los síntomas de TDAH, no poner excusas, negar o encubrir sus actuaciones incorrectas y las consecuencias adversas de sus acciones, sino ayudar a otros a entender qué papel pudo haber desempeñado en su mala conducta y errores, su condición de TDAH.
A buen seguro estos modos de proceder servirán para mejorar las relaciones, y también para avanzar en la idea de que asumir y entender el trastorno, sus síntomas y sus consecuencias, es la mejor vía para ayudar a un afrontamiento y gestión correcta del mismo.
Carmelo Pérez García
Psicólogo de Ampachico