¿Qué es el Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad?
El Trastorno por Déficit de Atención con/sin Hiperactividad es un trastorno de corte neurobiológico con componente genético en el que existe una alteración en el funcionamiento de dos neurotransmisores cerebrales: la noradrenalina y la dopamina.
Estas dos sustancias no funcionarían de manera adecuada en algunas áreas del cerebro, concretamente en la corteza prefrontal, que está implicada en el control de algunas funciones, como la atención, la concentración y la impulsividad, aspectos que se encuentran afectados en el TDAH.
En resumen, el TDAH se caracteriza por la presencia de tres grandes síntomas:
Se debe tener en cuenta que no todos los niños con este trastorno manifiestan los mismos síntomas y con la misma intensidad. Así, en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV), se diferencian tres subtipos de trastorno dentro del TDAH:
Trastorno por déficit de atención con hiperactividad subtipo predominante inatento:
Hablamos del niño que parece no escuchar lo que se le dice, que parece que sueña despierto, que le cuesta ponerse en marcha y que, a menudo, olvida o pierde cosas. Acostumbra a distraerse y a valorar cualquier ruido o estímulo irrelevante, pudiéndose dispersar también en actividades de juego o atractivas para él. En el aula generalmente se muestra pasivo, pasa desapercibido y no aprende al ritmo esperado. No anota los deberes en la agenda, por lo que olvida entregar tareas y trabajos o lo hace con retraso, y cuando los entrega suelen estar incompletos. Evita, le disgusta o se resiste a realizar tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido. El niño predominantemente inatento normalmente pasa por un niño poco inteligente (aunque no sea cierto), vago o desmotivado; es frecuente que acabe ubicado en las últimas filas de la clase y que nadie espere más de él/ella.
Trastorno por déficit de atención con hiperactividad subtipo predominante hiperactivo-impulsivo:
Aquí entran los niños que se mueven de un lugar a otro en momentos inapropiados, mueven las manos y los pies nerviosamente, se balancean y se levantan a menudo de su silla. El niño hiperactivo-impulsivo acostumbra a interrumpir conversaciones y actividades, y suele inmiscuirse en los juegos de los otros. Responde de forma precipitada, incluso antes de que se le acabe de formular la pregunta. Tiene dificultades para dedicarse a tareas o juegos tranquilos y habla en exceso. El comportamiento de este niño resulta molesto y, a menudo, preocupa mucho por las manifestaciones de agresividad tanto en el aula como dentro del marco familiar.
Trastorno por déficit de atención con hiperactividad subtipo combinado:
Sencillamente una mezcla de los dos anteriores.